Nuevo Tiempo

Encuentro nacional OYiM reúne más de 50 voluntarios en CHILE

Proyecto «Un Año en Misión» busca crear una nueva generación de misioneros al servicio de Dios


Por ntchile 12/03/2020 - 18h03
Equipo OYiM 2020 con líderes de la IASD en Chile. Foto: Emilly de Souza

El proyecto “Un año en misión, OYiM (sigla en inglés), de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, incentiva la participación de sus jóvenes en la misión de evangelizar centros urbanos. Por eso, entre los días 6 al 9 de marzo se realizó la capacitación nacional que reunió cerca de cincuenta misioneros de diferentes países.

El encuentro fue realizado en la Universidad Adventista de Chile donde se dio a conocer el testimonio de Carolina Ortíz, una de las voluntarias que contó su historia el día sábado en el evento. Ella vio fallecer a su papá apenas 45 días después de haber sido diagnosticado con un cáncer en la vesícula. La pérdida fue demasiado dolorosa para ella y su madre, pero la angustia y el luto no fueron capaces de sacar el deseo que ella tenía de servir a Jesús: “Saber que al menos estoy haciendo algo para apresurar la segunda venida de Jesús es una forma en que yo sé que me voy a encontrar nuevamente con mi papá.»

Carolina declaró que siempre tuvo en su corazón una fuerte sensación de incomodidad por no estar dedicándose como debería en la predicación del evangelio; por eso, luego de conocer más sobre el proyecto decidió entregar este año de su vida al Señor, sirviendo a los demás con acciones comunitarias y de evangelismo en tiempo completo. “Principalmente mi motivación por estar aquí es dar a conocer que Jesús viene pronto, realizar la misión que el Señor nos encomendó que es de ir a predicar el evangelio a todo el mundo en nuestra generación y el sentir que estoy haciendo algo para la segunda venida de Jesús me llena el corazón sinceramente.”

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Además, otros voluntarios congelaron sus actividades y otros planes por este año, para experimentar una vida de servicio, porque entendieron que ya no pueden vivir solo para sí mismos.

“Este año era con muchos proyectos personales, estudiar cosas que no tuve tiempo en la media, también empecé a trabajar entonces dejé de lado todo eso. Además, yo antes de conocer a Dios y de leer su palabra, tenía depresión, y yo me iba suicidar. Hasta que mi mamá me llevó a la iglesia, conocí a los chicos que me llevaron a Dios, entonces me pregunté, es muy egoísta de mi parte dejar una persona que quizás se sintió o se siente igual de mal que yo me sentí y no darle esa buena noticia que lo puede salvar del suicidio como a mi también me salvó, resaltó Catalina Iturra, voluntaria OYiM.

Por esta y otras historias, la Iglesia Adventista hace grandes esfuerzos para llevar a cabo programas como este, donde las nuevas generaciones puedan involucrarse con la misión de evangelizar y hacer discípulos a través de diversas estrategias.

“La mayoría de nuestros chicos, van a estar enfocándose en dar estudios bíblicos, en estar realizando actividades de impacto para la comunidad, pero esencialmente con el foco puesto en poder levantar y plantar una nueva iglesia en un lugar en donde hoy no tenemos presencia adventista, señaló el pastor Damián Cabezas, líder de jóvenes en la zona central de Chile.

En esta misma línea el pastor Carlos Campitelli, líder de jóvenes para los ocho países de Sudamérica destacó: “Cuando los jóvenes llegan allí a una iglesia local, que los están esperando, y los reciben allí para juntos poder cumplir una misión, esto es fantástico, pues los jóvenes contribuyen para que esta iglesia pueda crecer, y juntos, focalizan allí un nuevo proyecto, y avance también de la obra.”

Además, el pastor Andrés Gómez, líder de jóvenes de la Iglesia Adventista en Chile comentó sobre la importancia de ese ministerio, pues les da la oportunidad de ir por la salvación de las personas teniendo experiencias inolvidables al llevarlas a los pies de Jesús. “La verdad es que los jóvenes OYiM son muy importantes para la Iglesia Adventista a nivel mundial. La idea es que este proyecto le dé el punta pie de inicio para una experiencia de un año en misión que queremos que se transforme finalmente en una vida en misión.

Al finalizar las actividades los voluntarios fueron dirigidos a una visita misionera a la familia de María Raquel de la Oz, y en medio de la naturaleza donde ella vive, entonaron cantos, oraron con ellos y dejaron un mensaje de la palabra de Dios. En seguida los jóvenes tuvieron la experiencia de sacar frutillas con sus propias manos, como analogía al encuentro “Cosecha los frutos” simbolizando también que hay muchas almas preciosas que necesitan ser alcanzadas a través de la labor que realicen con dedicación en los campos del Señor.

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